Hace unos días, en nuestro break para comer, discutíamos sobre la cultura corporativa y su valor en la estrategia (también hablamos de Rosalía y Rauw y del reality de Georgina, no todo es filosofar sobre la comunicación) de cualquier empresa, ya sea una agencia de comunicación, una empresa de retail o una organización del sector servicios. Y al final acabamos preguntándonos:
¿Qué fue primero? ¿El huevo o la gallina?

Pero volviendo al tema que nos ocupa, y como agencia de comunicación que somos, discutíamos acerca del papel que tiene la cultura corporativa dentro de una organización y cómo esta puede hacer que una estrategia cobre sentido o no. En concreto, este tema surge a raíz de todo lo que se está hablando (que no es poco) sobre cómo la pandemia, teóricamente superada, ha influido en los modelos de trabajo de todas las empresas, sobre todo en lo que refiere a la presencialidad del trabajo.
Como no podía ser menos en nuestra sociedad abarrotada de información, tenemos decenas de estudios que defienden ambas posturas: que el teletrabajo es un futuro próximo e inevitable o que está abocado a ser algo residual, igual que antes del confinamiento. Es una realidad que hay empresas que han funcionado tradicionalmente con teletrabajo. Hay empresas en las que esto forma parte de su cultura organizacional. También es innegable que para el resto ha sido algo que no ha habido más remedio que incorporar de forma estratégica para sobrevivir.
¿Significa esto que existe un modelo único y válido? La respuesta es un rotundo no. Para nosotros, por ejemplo, como agencia de comunicación que está constantemente desarrollando creatividades y propuestas estratégicas para nuestros clientes, es importante trabajar presencialmente. Nos permite mantener el contacto físico y nos ayuda a generar más ideas y más creativas. No obstante, también somos conscientes de que, para días en los que el trabajo es más operativo, el teletrabajo es una muy buena opción. Todo, como decía la canción de Jarabe de Palo, depende.
La magia está en el aire
La cultura de una organización es un factor intangible que tiene un valor muy difícil de medir, pero que sin embargo es esencial. Y es que actúa como “pegamento” para quienes forman parte de un equipo.
En una agencia de comunicación, de marketing o de creatividad publicitaria, el valor diferencial lo aporta el conjunto de la creatividad de los equipos, y no tanto el talento aislado de cada uno de ellos. No se trata solo de tener a un buen copywritter que le pase a una directora artística los copies que necesita para una creatividad, sino de trabajar en equipo, debatiendo, probando y experimentando. La tecnología ha permitido que eso se pueda llevar a cabo en la distancia, pero sigue teniendo sus limitaciones.
En este caso, nuestra cultura organizativa de trabajo acaba formando parte de la estrategia de nuestra empresa y es lo que nos hace diferentes. Por lo que no siempre la cultura corporativa acaba derivando de la efectividad de una estrategia. Y eso es algo que debemos tener presente en cualquier organización. A veces hay que detenerse, hacer un zoom out, y reflexionar qué estamos haciendo y qué funciona mejor para nosotros. Y aquí (spoiler: publi), nosotros también podemos echarte una mano.