No por repetidos, dejan de asombrar los datos del crecimiento de las redes sociales a lo largo del último lustro: si en 2005 sólo un 8% de los internautas tenía un perfil registrado en alguna red social, en 2008 ya eran más del 30%, al año siguiente un 50%… Y los últimos datos hablan de casi un 80%. Porcentaje que, en el caso de los jóvenes entre 18 y 29 años, alcanza el 90%.
Para más inri, se calcula que un internauta opera al menos 15 minutos cada hora en sus redes. Sobre todo, desde el despegue de los smart phones y las tablets.
Ante este crecimiento arrebatador, obviamente las marcas no tardaron en reaccionar y hoy por hoy el 93% de éstas operan en redes. Básicamente, en Facebook, Twitter y Google.
No nos extraña, ¿verdad? Los datos son los que son. Y aún hay más: el 47% de los americanos internautas afirma que Facebook es una fuente de influencia en sus decisiones de compra.
Sin embargo, aún hay muchas personas (y muchas PYMEs) que se siguen preguntando
¿Hay realmente negocio en las redes sociales?
Como primera respuesta, ahí va una de perogrullo: los milagros no existen. Como toda herramienta, las redes sociales impactarán positivamente en la cuenta de resultados si se usan de manera adecuada y, sobre todo, como vimos en un post anterior, no vale con estar en las redes sociales porque sí, porque hay que estar, porque es lo que se lleva ahora. Si nos hemos decidido a poner en marcha una estrategia de redes para reforzar la comunicación corporativa, es porque nos hace falta y porque está en consonancia con la misión, la cultura y los objetivos de la empresa.
Un ejemplo muy cercano lo vivimos hace poco. El dueño de una heladería de un pequeño municipio rural, animado por una serie de artículos que había leído en algún que otro blog, puso en marcha una campaña de promoción de su negocio vía Facebook y Twitter. Esto le originó en poco tiempo un buen aumento del tráfico en su web. Sin embargo… sin embargo algo no iba bien: no conseguía aumentar las ventas. No había manera. Tras analizar la situación, nos dimos cuenta de que la mayoría de las nuevas visitas eran de residentes a cientos de kilómetros del municipio. Incluso, de otros países. No le costó mucho a nuestro amigo caer en la cuenta de que los cucuruchos de helado que tanto parecían gustar, tenían que consumirse cerca de la propia heladería, o bien articular algún canal de distribución refrigerada, lo cual evidentemente le dispararía los costes de tal manera que acabaría con el negocio en poco tiempo… Buena herramienta. Estrategia equivocada.
Otra cuestión a tener en cuenta es que para conseguir vender a través de las redes, es fundamental no obsesionarse precisamente con eso, con vender. Y mucho menos, que se nos note que estamos obsesionados con vender a toda costa.
Hablábamos unas lineas más arriba del gran uso que hacen los jóvenes de las redes sociales. Pues bien, la últimas últimas tendencias ponen de manifiesto que estos se están alejando de Facebook. Primero, porque no quieren que su padres los vigilen y estén al tanto de su actividad online. Y segundo, porque si una cosa atrae sobremanera de Internet a todo los usuarios, y más a este colectivo, es la sensación de libertad. Cualquier atisbo de intrusismo es, literalmente, castigado. ¿Qué peor castigo para una empresa que la ignorancia por parte de un cliente potencial?
Otro gran (y lamentablemente habitual) error que se suele cometer es el del voluntarismo o amateurismo en la gestión de la comunicación corporativa en redes. Cuántas veces no habremos oído eso de “ah, sí, eso del internet y del Facebook lo tenemos asumido en la empresa. Además, me sale muy barato. Me lo lleva mi primo, que está parado y ha hecho un par de cursillos de informática…”
Aprovechar las redes sociales y que estas generen negocio, no es fácil. No es gratis. No es, como se suele decir, echar un huevo a freír. Si nos empeñamos en ser profesionales con las finanzas, las operaciones, los recursos humanos, las compras, la relación con los clientes, el marketing… ¿por qué no ser profesionales con las redes?
Ah, y no nos olvidemos, por último, de que aprovechar las redes sociales no se hace de la noche a la mañana. Si estamos buscando “dar el pelotazo”, mejor dedicarnos a otra cosa. Esto son negocios y, como ya se sabe, ¡Business is business!