En las últimas semanas se está hablando mucho del teletrabajo, pero ni todos los trabajos se prestan a ello, ni todas las personas están preparadas para hacerlo.
Para que esta forma de trabajo se pueda llevar a cabo, es necesario contar con unos medios técnicos y de conexiones a Internet que lo permitan.
Los que durante estas semanas sí podremos teletrabajar, debemos sentirnos unos afortunados.
Pero como el teletrabajo se hace desde casa, mentalmente hay que estar preparado para que los días no se hagan eternos, se confundan unos con otros y acabemos odiando la casa tanto como el trabajo. Así que aquí van una serie de consejos que a nosotros nos están funcionando.
El primer punto para poder realizar tu trabajo de una forma productiva, es que debes marcarte unas normas y ser disciplinado contigo mismo ya que al trabajar en casa, los límites de espacio y horarios los estableces tú.
No cambies el despertador de hora. Empieza la mañana como haces habitualmente, aseo, vestirte, café y al lío. Y a la misma hora de siempre, ya que el confinamiento acabará y cuanto menos te hayas alejado de la rutina, menos te costará volver a ella.
Acondiciona un espacio dentro de tu casa que sea luminoso, al ser posible con una ventana cerca para poder ventilar la estancia cada cierto tiempo. Ponte cómodo, pero no tanto como para que te de pereza trabajar. Evita las tentaciones, las distracciones del móvil, Netflix así como el temido frigorífico repleto de demoníacas delicias.
Cuando estamos mucho tiempo en casa tendemos a ponernos ropa cómoda y utilizar otra distinta a la de salir a la calle. Oblígate a arreglarte todos los días como si estuvieras con tus compañeros, nunca sabes cuándo puede entrar una video llamada, llegado el momento, no tendrás tiempo de reacción.
Como seguimos trabajando con los compañeros, será fundamental estar bien conectados. Somos seres sociales y estamos acostumbrados a relacionarnos con los compañeros de trabajo, tanto que el café de la mañana se convierte, para muchos, en uno de los mejores momentos del día. Esa cercanía facilita también la comunicación, el entendimiento, la organización del propio día a día. En la distancia se pierde ese punto de conexión, por eso, será fundamental establecer desde el principio cuáles serán los canales de comunicación y cómo se compartirá el trabajo. Hay miles de herramientas participativas que se pueden utilizar, vivimos en la era de la Comunicación, así que, vamos a aprovecharlo. No pierdas el contacto con esos compañeros que tanto valor te aportan y fija reuniones por videollamada semanales, si es que no a diario.
Y, por supuesto, no olvides ponerte todos los días la sonrisa! Piensa que pronto volveremos a la oficina y al calor del equipo humano, que al final, es lo más importante de todas las empresas.