Nadie dijo que emprender fuera a ser fácil. Es más, como hace poco he leído en el blog de Javier Megías , casi hacen falta dotes de superhéroe: desde la capacidad de liderazgo del Capitán América a la resistencia de Lobezno, pasando por la flexibilidad de Mister Fantástico, el compromiso de Batman o la valentía de Spiderman. Efectivamente, nadie dijo que fuera a ser fácil, pero tampoco nadie ha dicho que sea imposible. Y si alguien nos lo dice, no le vamos a hacer caso, ¿verdad que no?
«De verdad, que no tengo tiempo. Entre una cosa y otra, no me quedan horas, qué digo horas, ni un minuto para dedicarle a la comunicación. Cómo quieres que me ponga a planificar contenidos, a analizar mensajes, a mantener mis perfiles, a programar eventos, etc etc etc, si lo primero que tengo que hacer es VENDER. Hacer caja. Sacar el negocio para adelante. Ya lo haré en otro momento, quizás en unos cuantos meses, cuando esto ya vaya a velocidad de crucero y pueda permitírmelo. Mientras tanto, tengo cosas más importantes que hacer…»
Pensamientos y expresiones como estas son de lo más común entre quienes se han lanzado a la piscina de poner en marcha una nueva empresa. Lo que lamentablemente no saben los emprendedores que relegan a un segundo plano la esfera de la comunicación corporativa es que, con toda seguridad, están corriendo el riesgo de encontrarse con que esa piscina… esté vacía.
No somos superhéroes, aunque claro que nos gustaría. Pero sin llegar a ese extremo, he aquí media docena de propuestas para empezar a cambiar ese modo de pensar y entender la importancia de la comunicación a la hora de emprender:
1. Mi empresa es el reflejo de mi imagen y yo soy el espejo donde se refleja la imagen de mi empresa
En un entorno en el que las fronteras entre lo público y lo privado (para bien o para mal) están cada vez más diluidas, a nadie se le escapa que nuestros clientes, proveedores, acreedores, bancos, socios, etc. van a estar tan o más pendientes de lo que digamos en nuestro muro de Facebook que de lo que publiquemos en un folleto. Sobre todo, ahora que nadie nos conoce y estamos creando nuestra identidad corporativa y nuestra imagen de marca.
2. No necesito gastar “lo más grande” y tampoco puedo permitírmelo
El grifo de la financiación está cerrado y, además, son muchos los gastos que hay que acometer. Así que, comunicar sí, por supuesto, pero vamos a empezar poco a poco. Hagámoslo por fases, empezando por diseñar un buen plan de comunicación adecuado a nuestra propia realidad. Personalizado y ajustado en precio. Lo mejor será contratarlo con alguien que tenga experiencia y que sepa escuchar lo que queremos conseguir y, sobre todo, que sepa ayudarnos a conseguirlo a precios realistas. La época del derroche ha pasado, pero eso no significa que debamos renunciar a la calidad, la profesionalidad y las ganas de hacer las cosas bien.
3. Tengo que darme cuenta de que lo efectivo y lo bueno son enemigos de lo perfecto
Voy muy rápido, tengo que ser flexible, tener cintura, adaptarme al entorno y a sus cambios. Intentar elaborar el plan de comunicación perfecto absurdo y, sobre todo, poco operativo. ¿Cuántos planes, programas, informes, propuestas, etc duermen en la oscuridad de un cajón cerrado tras horas, días, semanas y hasta meses de sesudo estudio y análisis. O, lo que es peor, ¿cuántos supuestos planes de comunicación perfectos han hecho agua por donde nadie había sido capaz de prever? Hay que saber decir hasta aquí hemos llegado con el análisis y… evitar la parálisis. Actuar. Ya.
4. Sólo aprenderé equivocándome
Si la estrategia de comunicación perfecta no existe, tampoco vamos a pretender correr esta carrera de fondo sin caernos ni tropezar en ningún bache. Si te has metido en esto de emprender con la idea de no romperte una sola uña… es que eres hijo de Amancio Ortega o alguien por el estilo. Aquí hay que tropezar cuanto antes mejor y hay que aprender a levantarse. Puede que ese logotipo que has diseñado con todo el cariño del mundo luego no se pueda adaptar a las aplicaciones que necesitas. Puede que el servidor que has contratado para albergar tu página web te salga rana (¡llegando incluso a fastidiarte alguna que otra buena venta!). Puede que el fondo de color rojo, pantone 207, con el que has tintado tus tarjetas de visita manche tus dedos y el de tu interlocutor cada vez que entregas una de ellas y éste se te quede mirando con cara de estar pensando por qué te sudan las manos… Puede que… puede que te surjan tantas cosas a lo largo del camino, que tendrás que sacar unos buenos gemelos para poder andarlo con éxito. Por cierto, no olvides que una buena planificación y un ejercicio profesional de la comunicación te ayudará a minimizar todos esos riesgos.
5. Tengo que concentrarme. Apuntar y disparar desde la diferencia
La estrategia de comunicación tiene que estar dirigida, en estos primeros momentos de vida de la empresa, a un nicho en concreto. Ya sabemos que, quien mucho abarca, poco aprieta, y aquí se trata de apretar mucho y de apretar bien. Se trata de que nuestra voz se eleve alto y claro por encima de la masa, de la competencia, de los demás y que llegue a nuestro cliente, ese que hemos escogido y definido con antelación, que nos oiga perfectamente y que además le guste lo que le estamos diciendo. Tranquilo, que no es tan complicado como parece, pero tampoco se trata de echar un huevo a freír.
6. Comunico todos los días, a todas horas
De hecho, quizás sin saberlo, haya una estrategia de comunicación. Aunque no se haya puesto por escrito, aunque nadie se haya parado a reflexionar sobre ella. Comunicamos para vender, conseguir nuevos proveedores, solucionar problemas con la Administración, relacionarnos con los socios, para vender. (Ah, que ya lo hemos dicho, pero sí: PARA VENDER). La importante es pararse a pensar sobre esa estrategia y tomar el control de la misma. Establecer objetivos y llevar a cabo las acciones que conduzcan a lograrlos, de forma ordenada y estructurada. Esto permitirá mejorar la gestión de la empresa y, en definitiva, impactar de modo positivo sobre la cuenta de resultados.
¿Te ha parecido útil este artículo? ¿Te has encontrado en alguna de las situaciones descritas? Nos encantaría conocer tu opinión y mejorar contigo.