Cómo afectará el coronavirus a la forma de consumo actual.
En los últimos meses hemos vivido escenas de consumo no responsable. En la retina de todos están esas estanterías de los supermercados vacías de papel higiénico. O en tiempos más cercanos, supermercados en los que encontrar un paquete de harina se convertía en una gimkana. Pero, ¿realmente era tan imprescindible el papel higiénico o la harina en el día a día de todos los españoles confinados? ¿Qué es lo que nos lleva a comprar por encima de nuestras necesidades?
Distintos estudios sociológicos demuestran que en momentos de incertidumbre o de máximo cambio, el ser humano tiende a realizar acopio de aquello que le traslada seguridad. Se tienen comportamientos de “rebaño”. En el momento en que hemos visto que los demás compraban un producto, nos hemos lanzado a comprarlo.
Es el síndrome FOMO (del inglés fear of missing out, o temor a perderse algo), aumentado por el consumo de redes sociales.
En el confinamiento, superado el momento de pánico consumista, nos ha hecho realizar compras planificadas y pensadas de alimentos y bienes de primera necesidad. Pero también nos ha privado del resto de compras. Y estamos siendo capaces de sobrevivir sin ellas.
Si hay algo positivo que nos va a traer el Covid-19 y en lo que coinciden la mayoría de los expertos, es que veremos un nuevo capitalismo. La situación límite que estamos viviendo, nos lleva a plantearnos qué es lo importante en nuestras vidas y qué necesitamos realmente.
La nueva sociedad que surgirá de la crisis, además, estará más comprometida con el planeta y preocupada en cómo sus compras afectan a los recursos disponibles.
Por eso, las marcas que tendrán más éxito en el mercado serán aquellas que sean capaces de mirar más allá del beneficio económico inmediato y apuesten por el planeta y sus habitantes.
Descubre Comunicación, como agencia de comunicación, publicidad y marketing, en Descubre tenemos que ser responsables con nuestros clientes, cuyo objetivo es el de vender.
Pero como empresa responsablemente comprometida con la sociedad, estamos obligados a advertir a los ciudadanos de que hay otro tipo de consumo posible. Solo tienen que realizar una compra más comprometida, más sostenible y considerando las implicaciones económicas, éticas, sociales, laborales y ambientales. Todo un reto. Pero si es tiempo de cambio, ¡que sea a mejor!