Vamos a hablarte de jardinería oriental. Y algo de nuestro libro. No, no nos hemos vuelto locos ni hemos cambiado nuestro negocio. Seguimos dedicándonos a lo que nos gusta: la comunicación corporativa, el desarrollo de experiencias en general y para el mundo rural en particular. ¿Entonces, a qué viene esto de la jardinería oriental? Regálanos un minuto y te lo explicamos. Permítenos contarte una historia. Mejor aún, déjanos contarte un cuento… chino:
A la planta del bambú le ocurre una cosa muy curiosa. Tú vas con tus mejores intenciones y plantas una semilla en un terreno preparado y abonado de modo excepcional. Quieres tener el bambú más alto y hermoso que se haya visto nunca y has tomado todas las precauciones posibles. Una vez plantada la semilla, te dedicas a regar el terreno con esmero. Un día. Y otro día. Y otro. Y otro…
…Y otro. Sin embargo, pasan las semanas y los meses y la semilla no germina. El bambú no sale. No hay planta a la vista. Pero tú insistes y, sigues regando. Un día. Y otro día. Y otro…
… Y sigues regando un año. Y otro año. Y otro año. Y así, hasta 7 años en los que no crece la dichosa planta…
… Hasta que, de repente, sin previo aviso, la planta asoma de la tierra y, en cuestión de meses, tienes un bambú que ha crecido varios metros de altura. ¿Cómo ha sido posible?
La respuesta está en que durante todos esos años de paciencia y de riego constante, el bambú ha estado creciendo hacia abajo, afianzando sus raíces en la tierra. En definitiva, preparándose para el gran “estirón” que sabía que tendría que dar en cuanto surgiera a la superficie.
Fin de la historia. End of the Story (ahora viene el telling)
Si hay algo en lo que coincidimos todos los que nos dedicamos a esto de la comunicación corporativa, es que ésta ya no es un canal unidireccional empresa-cliente, en el que la primera es el sujeto activo y el segundo el pasivo.
Ahora la comunicación corporativa es colaborativa: el cliente forma parte del canal. Interactúa con la empresa. No quiere que le animen a comprar y le convenzan de las bondades del producto o servicio. Quiere que la empresa le diga quién es, qué hace, cómo lo hace, por qué lo hace, dónde lo hace… y además quiere opinar y decirle a la empresa qué cosas deberá hacer y cambiar para satisfacerle a él. Siempre se ha dicho que el cliente es el rey. Hoy ya no se dice: se da por hecho.
Así las cosas, resulta lógico que los modos de relacionarse uno y otro, empresa y cliente, hayan cambiado (estén cambiando). Las tecnologías, además, lo facilitan: wikis, blogs, redes, etc. Por tanto está claro que nos encontramos en un nuevo escenario. Un antes y un después que está incorporando, obviamente, nuevas herramientas para comunicar. Nuevas maneras de interactuar. Nuevas formas y formatos.
Una de esas nuevas formas es el storytelling. Básicamente, se trata de contar historias para emocionar, atraer, enganchar, intrigar, implicar y retener al cliente. Hablamos de provocar algo que va más allá del deseo de comprar nuestro producto.
En un entorno tan competitivo, donde la oferta es innumerable e inabarcable, donde estamos expuestos a altas dosis de infoxicación, le estamos diciendo a nuestro cliente que nuestra empresa son personas, que tenemos determinados valores. Le decimos que somos profesionales, que llevamos muchos años en el sector, que tenemos experiencia, que somos solventes, que somos eficaces… En definitiva, le estamos diciendo que nuestra empresa tiene una historia y se lo decimos en un lenguaje que no es el publicitario ni el de los negocios. Es uno aún más antiguo: el narrativo.
Por cierto, te hemos contado la historia del bambú, porque en Descubre Comunicación nos identificamos plenamente con ella: como el bambú, hemos estado años preparándonos para este salto que acabamos de dar. Formándonos, adquiriendo experiencia, desarrollando competencias y habilidades. Como el bambú, hemos salido a la luz para descubrir que hay siempre una forma mejor y diferente de hacer las cosas para y con nuestros clientes. Y como el bambú, somos flexibles y fuertes. Nos adaptamos y crecemos.