Mi paso por el EBE , el mayor evento de la web social de España que, además, se celebra en Sevilla, ha sido corto. El viernes por la tarde me encontraba demasiado cansada para hacer nada y el domingo tenía otros planes –entre otros, escribir para el blog-. Así que concentré toda mi visita el sábado. Esta prescindible introducción es para explicar que mi visión, que como todas las visiones, no sólo es subjetiva sino que además puede no ser completa. Tanto que voy a intentar resumirla en 10 titulares y una sorpresa.
Somos disrupción
Si antes fuimos levedad (Manolo García dixit), hoy somos disrupción. No sólo el EBE 2013 se presentaba con el subtítulo «Disrupción global», sino que en prácticamente cada ponencia nos animaron a ser disruptivos o, lo que es lo mismo, pensar diferente, hacer diferente, ser diferente. Bien. Estoy de acuerdo. Todos tenemos ideas. Pero hay que poner las ideas a trabajar cuanto antes. Me da que en estos eventos, y parafraseando Pedro Jareño (@pedrojareno), creador de Minube, abunda el ‘síndrome del Concorde’. Es decir, buenos productos que no son sostenibles (leasé, que no dan dinero). Las ideas mueven el mundo pero hay que mover las ideas… Entre tanto, repite conmigo: Yo soy disruptiva. Tú eres disruptivo. Ellos son disruptivos.
Mola que hables de tu libro
Javier Padilla (@elpady), fundador y CEO de Moodyo y Clara Ávila (@ClaraAvilaC), consultora de marketing digital en The Cocktail, dieron dos de las ponencias más celebradas y comentadas. Y no solo por lo que contaron, sino por cómo lo contaron. Javier Padilla no contó una leyenda urbana (un caso de éxito) sino su leyenda urbana (su caso de éxito) aportando al valor del contenido de su charla (cómo intentar triunfar en USA con una idea afortunada y todas las ganas del mundo) el extra de su experiencia. Contar tu historia, qué te ha pasado y cómo has aprendido de ello sigue siendo una fórmula estupenda para conquistar a un auditorio. La otra es el humor mezclado con una buena dosis de coquetería. Justo la que usó con maestría Clara Ávila. Hablar sobre email marketing y tener a más de 300 personas pidiendo más es un signo neto de talento. Vuelve a quedar demostrado, por tanto, que hablar de tu libro sigue siendo probablemente la mejor opción para llamar la atención y no aburrir a las ovejas. Y además puedes decir que haces storytelling y suenas más disruptivo. ¿Verdad Pilo Martín (@pilomartin)?
¿Explotando el mantra del contenido?
Contenidos, contenidos, contenidos. Parece que todo se resume a esto y estoy básicamente de acuerdo. El mundo siempre ha funcionado por tres motivos: las cosas que te pasan (las experiencias), las cosas que haces (las funcionalidades) o las cosas que cuentas (los contenidos). La nueva comunicación es exactamente lo mismo, pero parece que el contenido va ganando la batalla. Ojo con las burbujas.
Buscando a los influencers desesperadamente
Sería más fácil si se identificaran correctamente con una especie de flecha parpadeante tipo “Aquí va un influenciador”. Todo el mundo los busca en un evento como el EBE pero yo no los he encontrado. Es más, no sé si quería hacerlo. Soy muy sensible a ciertas influencias y totalmente refractaria a otras. Quizás, como me explicó con Andrés del Toro (@digitalizeme), Account Director de Ogilvy, debamos empezar a segmentar y ver quién influye sobre quién y de qué manera. O, más pronto que tarde, explotará la burbuja. Otra. Y ya van…
Comprar seguidores es pecado
Y pecado mortal, se podría añadir, a tenor de los dardos envenados que prácticamente todos los ponentes lanzaron sobre esta práctica. Más que por influencia real o por la capacidad de generar opinión en los otros, me da la impresión de que se compran seguidores por vanidad. Y la vanidad es el más tonto de los pecados. No llegas a ninguna parte y además se te ve el plumero. Yo no me preocuparía demasiado en un entorno social donde lo más divertido es detectar y señalar al impostor. Así que no creo que comprar seguidores sea malo. Lo que creo es que es una pérdida de tiempo y de dinero. Una tontería.
Todos quieren ser periodistas, pero no lo saben
Ha sido uno de los hallazgos más sorprendentes del EBE 2013. Prácticamente en cada ponencia se habló de titulares, de hacer atractivos los textos, de generar contenidos que interesen a otros. Yo, en mi butaca, pensaba que todos querían ser periodistas, que querían hacer periodismo… pero que no lo sabían. Lo curioso es que los periodistas quieren ser cualquier otra cosa que les dé para pagar las facturas aunque sea dejando, muy a su pesar, la profesión que más pérdida de empleo en términos reales (total de despedidos sobre total de empleados) ha tenido desde el inicio de la crisis. Luego pensé que si los periodistas se pusieran a hacer lo que quiera que hagan aquellos que quieren ser periodistas lo mismo les iría (nos iría) mejor… Quizás me he liado, pero yo (y seguro que algún otro) me entiendo.
Nota al margen: Nada mejor para ilustrar este titular con la foto que un buen puñado de periodistas (reconvertidos o no) nos hicimos en el EBE en apoyo a El Correo de Andalucía, el periódico decano de Sevilla que atraviesa una situación complicadísima de la que va a salir (claro que sí) gracias a sus trabajadores. Todo nuestro cariño y apoyo. Y gracias a María José Guerrero (@libromorado) por reunirnos.
Herramientas, ¿para qué os quiero?
Parece que el boom de las herramientas, que no son más que cosas que hacen cosas, ha pasado. La necesidad de un pensamiento estratégico, de la planificación y de la orientación clara a un objetivo bien definido fue otro de los elementos comunes del EBE. Acierto total. Sin saber a dónde se va, da exactamente lo mismo ir en un Ferrari que ir en un Tata. Y los ferraris cuestan mucha pasta… Con frecuencia he pensado que todo este mundo de la web social había olvidado el destino para fijarse en el coche. Parece que ya no es así. Me alegra estar tan de acuerdo con Amparo Cantalicio (@acantalicio), Joseba Hervella (@hervella) e Isabel Salas (@mqhabla) porque ellos llegaron mucho antes que yo a donde ahora me encuentro.
Si no vendes, no sobrevives
Está como feo decirlo, pero todo el mundo en el EBE vende algo. Igual que fuera del EBE. Así que vamos a quitarnos las caretas y reconozcamos que si no eres capaz de hacer dinero con lo que haces directamente vas a tener que dejarlo. Y esto vale para la web social. O para la frutería de la esquina. Volviendo a citar a Pedro Jareño, “si generamos un producto disruptivo, innovador, pero que no genera ingresos, no tenemos nada”. Amén.
Apúntate a lo móvil
Los expertos han hablado. Apúntate a lo móvil, al diseño responsivo, a las acciones geolocalizadas, y estarás triunfando. Esta conclusión generalizado me hace reflexionar en la misión de Descubre y cómo la comunicación en el mundo rural, el escenario más local y móvil que existe, aún debe poner a funcionar todas las herramientas a su alcance para convertir un producto inmejorable en un objeto social de deseo. Estamos en ello (bueno, vale, yo también he hablado un poco de mi libro).
Quiero ese reloj
Si no es la primera vez que os asomáis a este blog, ya sabréis de nuestro escaso cariño a las ruedas de prensa y en particular a aquellas que nunca se acaban porque los ponentes se enrollan como si no hubiera mañana. Pasilleando con la periodista de La Ser y emprendedora en CocatooSevilla Elena Carazo (@ElenaCarazo) se nos ocurrió la disruptiva idea de poner en la próxima rueda de prensa que organicemos el enorme reloj que obligaba a los participantes en EBE a ajustarse a su tiempo. De hecho, tengo que pedirle a Javier Padilla que lo incluya urgentemente en ‘Cosas que quiero’ en Moodyo.
… Y la sorpresa estaba en el baño
Pues sí. La idea que más me sorprendió del evento, la encontró Amparo Cantalicio en el baño de señoras. Se llama Antes todo esto eran champús y es “el primer blog creado para leer en el baño”. Sencillamente genial. Por cierto, ¿dónde se leerá este post?
En definitiva, que ha sido corto y que, con pros y contras, como sucede casi con todo, nos ha gustado EBE 2013. Felicidades a Luis Rull (@luisrull) y Benito Castro (@BenitoCastro) por la organización. Y porque sea en Andalucía. Si has estado, también nos encantaría conocer tus opiniones.