Cuando echamos la vista atrás y rememoramos momentos de nuestra época escolar, seguro que todos tenemos la imagen de esos profesores a los que recordamos con especial cariño por su capacidad de transmitir el conocimiento. Sin embargo, seguro que también recordamos algún profesor que, sin alevosía ni resentimiento, consiguió hacernos pasar algún que otro disgusto en su asignatura y no porque la materia fuera compleja, sino porque no conseguía transmitir esos conceptos adecuadamente o porque los hacía terriblemente aburridos. Y es que la historia cambia, y mucho, dependiendo de cómo la contemos.
El ser humano tiene de forma innata una capacidad para contar y recordar historias. Al fin y al cabo, ha sido durante miles de años la única forma de transmitir el conocimiento hasta la llegada de formas más modernas de comunicación. Además, y teniendo en cuenta que ahora contamos con una gran variedad de soportes para transmitir la información y donde los datos han tomado tanta relevancia, llama la atención de que los mensajes nos calan más cuando se transmiten de forma narrada.
Cuenta tu historia
Un ejemplo práctico lo podemos encontrar en una de nuestras campañas para RAEE Andalucía. Se trata de la campaña «Dona Vida al Planeta«. En ella partimos de un concepto que fue preguntarnos: ¿Qué sucedería si en vez de tirarlos, pudiésemos donarlos y así dar más vida a nuestro planeta? No se trataba de dar todos los datos que podríamos aportar sobre la cantidad de residuos electrónicos que generamos, o gráficas sobre su impacto medioambiental. En este sentido decidimos crear una narrativa en torno al lema Siendo el lema de la campaña ‘Dona vida al planeta’, que hacía referencia a que el planeta tiene ecosistemas variados, muchos de ellos presentes en el territorio andaluz en forma de espacios naturales protegidos. La creatividad de la campaña representaba dichos ecosistemas del territorio andaluz, llevando así el compromiso con el planeta a diferentes escenarios que eran familiares para los andaluces y con los que se sentían identificados, impulsando ese compromiso por protegerlos.
Y es que nos encontramos en un momento en el que la comunicación vive inmersa en la vorágine del storytelling y, para sorpresa de nadie, se plantea como un método novedoso de comunicación especialmente positivo para las marcas, que ven aquí una oportunidad importante para conseguir el tan deseado engagement con el usuario. Y decimos para sorpresa de nadie porque el storytelling es lo que se lleva haciendo desde que el ser humano camina erguido, solo que ahora se lleva un paso más allá gracias a la multiplataforma. Si lo pensamos bien, las campañas publicitarias de mayor éxito son las que nos cuentan un concepto o presentan un producto a través de una historia. Pero ¿Qué hace que el storytelling sea tan poderoso?
Conexión y empatía
El ser humano se mueve por la narrativa porque nos permite, principalmente, dos cosas: identificarnos con una situación o con un personaje y, sobre todo, generarnos empatía. Es decir, nos hace involucrarnos de forma natural, y eso consigue algo que hoy en día es muy difícil: captar nuestra atención. Y es que, en un contexto de saturación informativa, donde la atención de los usuarios es muy dinámica y fugaz, conseguirla durante un tiempo prolongado puede considerarse un gran triunfo.
Otro de los valores del storytelling radica en su capacidad para simplificar conceptos complejos. Las cifras, los datos y las estadísticas funcionan bien sobre el papel, pero es poco probable que dejen huella en la mente del usuario. En cambio, una historia bien contada puede ilustrar perfectamente un mensaje clave y que éste quede grabado en su retina. Esto hace que muchas empresas recurran actualmente a esta táctica porque les permite transmitir sus valores y su discurso de marca de una forma sencilla generando una conexión con el usuario y, eventualmente, traduciéndose en una conversión.
Este storytelling puede verse de formas muy variopintas como son spots publicitarios, campañas de redes sociales donde los contenidos estén relacionados entre sí; campañas multiplataforma donde cada soporte aporta una parte fundamental de la historia y conecta la narrativa. Las posibilidades son tan infinitas como la capacidad de contarlas.
Y es que, aunque el ser humano es complejo y diverso, todos tenemos en común, casi como si se tratase de nuestro ADN, esa necesidad de escuchar y contar historias que nos hagan sentir parte de algo más grande. Por eso nos identificamos con determinados personajes, y por eso nos identificamos con determinadas marcas. Al final, el profesor que nos gustaba era el que sabía hacer de su asignatura algo interesante.