Que la sostenibilidad sea un must en cualquier empresa y organización hoy en día no es ningún secreto. Por una parte, son muchas las organizaciones que quieren ser genuinamente sostenibles no sólo con el medio ambiente, sino también con la economía y la sociedad, prefiriendo un crecimiento más lento y estable a un gran crecimiento en un corto periodo de tiempo que luego sea difícil de mantener o, si es posible, a un alto precio. Por otra parte, los usuarios lo demandan. Y es que cada vez son más las personas que entienden que los ritmos actuales de producción y consumo no son sostenibles en el largo plazo.
Así, es común encontrarse con marcas que buscan de forma genuina expresar en su comunicación y en las acciones que desarrollan su compromiso con la sostenibilidad y con el cuidado del planeta, sin renunciar a recursos como el merchandising para eventos o acciones de street marketing, materiales que a veces suscitan cierta polémica porque muchos usuarios los ven como objetos inútiles y cuya fabricación es contaminante. Entonces, ¿cómo podemos ser sostenibles en este aspecto? ¿Está la solución en no producir estos productos promocionales en absoluto? ¿O existe otra forma de abordar estas producciones? Bueno, la respuesta está en el término medio.
Calidad vs. cantidad
Si bien es verdad que el merchandising es un recurso muy socorrido, muchas veces las cantidades que se producen no se ajustan a la realidad del aforo o de la afluencia que tendrá la acción. En resumidas cuentas: se produce de más. Con más frecuencia de la que creemos, al terminar un evento nos encontramos con cajas enteras de producto de merchandising que no se han utilizado, pese a que se han repartido productos a todas las personas que se han acercado. Y aunque la máxima de “más vale que sobre a que falte” puede tener sentido en determinadas acciones (sobre todo si son puntuales y no se han realizado acciones similares que nos den un punto de referencia histórico), sí es importante prestar atención al histórico de acciones anteriores para ajustar las cantidades de producción y que no nos encontremos con un stock sobrante que no sabemos cómo gestionar, sin recurrir a tirarlo a la basura.
Si ajustar las cantidades de producción es importante, la calidad del producto lo es aún más. Y es que hacer que el proceso de producción deje la menor huella de carbono posible es clave para que nuestros esfuerzos en sostenibilidad tengan un impacto significativo. Así, buscar proveedores con certificaciones sostenibles en su actividad es fundamental, ya que eso garantiza una trazabilidad de la producción y asegura la calidad de la misma, estando sujeta a los estándares de la certificación.
Además de la trazabilidad de la producción, es esencial que el propio producto sea sostenible. Se necesita invertir en materiales biodegradables y en productos que tengan una utilidad y practicidad más allá que el recuerdo de marca. En Descubre Comunicación, por ejemplo, trabajamos con proveedores certificados y producimos con materiales que son biodegradables o que pueden tener una segunda utilidad o propósito más allá del branding. Si se nos pide material de papelería, recomendamos optar por lápices plantables, y si se trata de hacer bolsas o mochilas, trabajamos con tejidos naturales biodegradables. Las posibilidades son más que suficientes para cubrir las necesidades de cualquier cliente. Botellas rellenables, tazas de café reciclables y, en general, los objetos de uso diario son las mejores opciones para que nuestros regalos de merchandising sean útiles y no terminen en la basura, generando residuos y haciendo que nuestra huella de carbono sea aún mayor.
Ser sostenibles consiste en un aprendizaje constante
Tener en cuenta los materiales, la trazabilidad o pensar en el diseño físico del producto para que tenga más de una utilidad está bien, pero es quedarnos en la superficie. Estar genuinamente comprometidos con el medio ambiente pasa también por cuidar nuestro diseño gráfico. Y es que muchas veces no nos detenemos a pensar en que, muy probablemente, imprimir diseños con gran cantidad de colores sea menos sostenible que crear un diseño cuya impresión solo requiera un color, por citar un ejemplo. Pero es que esto va más allá de lo físico y también afecta al entorno digital. ¿Sabías que los archivos de mucho peso aumentan el consumo energético de nuestras computadoras a la hora de abrirlos o procesarlos? ¿O que el modo “dark” de nuestras aplicaciones en la mayoría de las pantallas modernas consume menos energía porque no necesita iluminar los píxeles oscuros?
Todo estos detalles de los que hablamos aquí se van detectando y aprendiendo poco a poco de ellos y que consiguen dar más coherencia a nuestro trabajo y compromiso con el medio ambiente. Por supuesto, el proceso de aprendizaje es constante.
En esencia, cuando se trabaja con merchandising de cara al cliente, nuestro deber como agencia es asesorar para que el producto tenga un propósito, sea reutilizable y, en la medida de lo posible, biodegradable, sin dejar de lado la creatividad y la originalidad en el diseño. Y es que, si estás pensando en incluir material de merchandising en tu próximo evento o acción de comunicación, recuerda: ¡podemos ayudarte!